"Smash, smash, smash" fueron quizá las palabras más repetidas en febrero de 2013. No había quien no conociese a Kai, el héroe vagabundo que, tras ver cómo un hombre atropellaba a otro e intentaba asfixiar a una mujer, había acudido en su ayuda golpeando al agresor tres veces con un hacha. "Smash, smash, smash"... había nacido un nuevo héroe en California.

El pasado 10 de enero Netflix estrenó El mochilero del hacha, un documental de 1h y 25 min. que narra la historia de aquel joven de 24 años que pasó de convertirse en una sensación viral (no era un virus, era una sensación, como afirmó el propio Kai) a sospechoso y, más tarde, culpable de un asesinato. "Si vas a glorificar a alguien, estate seguro de que sabes a quién glorificas" nos dice el tráiler. Esta es su historia real.

La primera vez que el mundo oyó el nombre de Kai y lo relacionó con un hacha fue en febrero de 2013 gracias a una entrevista de la KMPH. Fresno (California) se había convertido en el escenario de un crimen y allí, en medio de la desgracia, estaba Kai, un joven vagabundo de 24 años que había salvado la vida de una mujer gracias a su valor y la suerte de encontrarse en el momento justo, en el lugar indicado y con un hacha en su mochila.

La historia era increíble. Era gracias a que había hecho autostop que Kai viajaba con el atacante, de nombre Jett Simmons McBride, en el momento en el que este había decidido estrellar su coche contra un camión, atropellando a uno de sus ocupantes. Tras bajarse del automóvil asegurando que era Jesucristo, McBride había intentando asfixiar a una mujer que había sido testigo del delito. En ese momento, Kai había decidido bajar del coche y "smash, smash, smash", golpear al agresor con su hacha.

Después de que la entrevista al salvador fuese publicada en YouTube y compartida por millones de personas, nació el héroe al que denominaron 'El mochilero del hacha'. "Había algo gracioso en él. Era mono, dulce e inocente", nos dice una de las participantes del documental. Se hicieron memes, grabó canciones e incluso apareció en el programa de Jimmy Kimmel. "Todo el mundo quería un poco de ese chico".

Cuanto más se conocía de él, más se le quería. Aquel chico tan alegre y carismático que  afirmaba que "da igual lo que hayas hecho, mereces respeto, incluso si has cometido errores, eres digno" había tenido una infancia difícil. Con problemas familiares, siempre había querido huir de su familia, lo que le había llevado a convertirse en un vagabundo en California.

Fue ese mismo verano cuando se descubrió que nada de aquello era como se le había contado al mundo. Ni se llamaba Kai, ni tenía necesidad de vivir en las calles, ni era tan dulce como parecía. Aquel chico que se había ganado un hueco en las mentes de los estadounidenses era sospechoso de un asesinato.

Tres meses después de convertirse en una sensación, en mayo de 2013, Kai fue arrestado por la policía tras hacerse público un vídeo en el que se le veía abrazar a un hombre que había aparecido muerto horas más tarde. Fue entonces cuando se descubrió que Kai se llamaba Caleb Lawrence McGillvary, que era de Canadá y que era el principal sospechoso del asesinato del abogado Joseph Galfy.

A partir de entonces, su historia se fue desmoronando por momentos. La policía había encontrado a Galfy muerto en su casa, en la que también aparecía un papel con el nombre de Kai y su número de teléfono. En un primer momento, McGillvary se declaró inocente, asegurando que el abogado había intentado mantener relaciones sexuales con él sin su consentimiento. Pero sus declaraciones no se sostenían.

El acusado insistió en que el asesinato había sido en defensa propia después de que Galfy lo hubiese drogado e intentado violar, pero la policía no encontró signos de lucha y se confirmó que el encuentro sexual había sido consentido. Había demasiadas lagunas en sus recuerdos, McGillvary mentía y, por lo que pudo saberse más tarde, lo había estado haciendo desde el principio.

Finalmente se descubrió que no solamente había sido culpable del asesinato premeditado del abogado, sino que la tragedia de Fresno no había sucedido como todo el mundo creía. Aquel día de febrero, había sido el propio Caleb quien, tras drogar a McBride con marihuana, le había metido en la cabeza la idea de que era el mismo Jesucristo y de que podía estrellar el coche contra el camión.

En 2019, tras seis años en la cárcel, se celebró el juicio que lo declaró culpable de asesinato en primer grado y fue sentenciado a 57 años de prisión. Resultó que no fue cuestión de suerte que Kai se encontrase en el momento justo, en el lugar indicado y con un hacha en la mano.

¿Quieres estar a la última de todas las novedades de cine y series? Apúntate a nuestra newsletter.

CINEMANÍA MAGAZINE, S.L.

Queda prohibida toda reproducción sin permiso escrito de la empresa a los efectos del artículo 32.1, párrafo segundo, de la Ley de Propiedad Intelectual. Asimismo, a los efectos establecidos en el artículo 33.1 de Ley de Propiedad Intelectual, la empresa hace constar la correspondiente reserva de derechos, por sí y por medio de sus redactores o autores.